Durante la siguiente semana había el mismo saludo así que el Curro no pudo aguantar más y se compró dos perros pastor alemán.
Los entrenó para atacar al chino y cuando el chino se acercó para saludarlo, el Curro le echó los perros...
Con suma rapidez, el asiático sacó dos cuchillos de los pantalones y se paró rígido, listo para enfrentarse a los perros.
El Curro se dio cuenta que el chino va a cortar a los perros y les chifla(silbar), de modo que los perros entran en la casa.